miércoles, 27 de julio de 2011

:)

Te entra la risa, ríes sin parar, te tiemblan las rodillas. La cara salpicada de sangre, un cadáver. ¿La culpa? Tuya, por supuesto. No te sientes culpable... no que va...quieres más, y no pararás hasta que los mates a todos.
Lucía D.Rivero

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