domingo, 14 de julio de 2013

Puntos de vista.

Al pájaro enjaulado el cielo le parece infinito. El pájaro enjaulado sueña con volar.

miércoles, 10 de julio de 2013

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Sé que estas pensando en mi. Sabes que estoy pensando en ti.

martes, 9 de julio de 2013

El síndrome de la lupa.

Corre, pégale a algo, descarga tu rabia. Grita, llora, patalea, tienes que soltarlo. Se acerca el final, esta ahí y no puedes cambiarlo, será mejor que no te pille desprevenido. La vida tal y como la conoces no volverá a ser igual, tus amigos se irán, no quedará nadie. Ese "Te quiero, para siempre" se quedará en nada, polvo, cenizas. Se acerca el frío intenso, doloroso. Es una realidad, las realidades duelen. Nadie dijo que fuese a ser fácil, es más, siempre se dice que la vida es dura. Los caminos se separan, la gente muere, puede que veas desaparecer a muchas de las personas que quisiste en algún tiempo. Es el síndrome de la lupa. Cuando miras a través de ella, las cosas se ven grandes, nítidas y fáciles de comprender, pero el cristal es frágil y si se rompe.... todo deja de ser como era. Trozos de cristal roto, lágrimas, lluvia y sangre. Todo se traduce en dolor, y el dolor en ira. Vete buscando una forma de descargarla, porque una persona llena de ira, acaba explotando.

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Llega el día. El día de empezar a preocuparme de mi en vez de preocuparme por los demás. El día de irme lejos y gritar, de romper con todo, de olvidarme de la gente, de hacer lo que a mi me de la gana y de decidir por mi misma. Es mi vida y no necesito a nadie que piense por mi. Ya es hora de que a mas de uno le quede claro. A partir de ahora soy yo, no vosotros.
No es una despedida, no me voy a ninguna parte, pero van a cambiar muchas cosas.

Atrás.

Alguien acciona algo en tu mente..."Click", las cosas cambian.
Todo terminó, intentas alejarte de todo. Sabes que nada volverá a ser como antes. Esas cosas se sienten. Echas la vista atrás y te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, no existen las segundas oportunidades. No volverás a sentir nada igual, puede que si algo parecido, pero nunca nada igual. Que se acabaron las sonrisas y los abrazos, los amores y las alegrías, ahora toca llorar a solas.
 Y ese momento, en el que te paras a pensar en ello, puede que sea el más triste de tu vida.